LOS NEGOCIOS SON COMO LAS BARCAS...
LA MAYORÍA SE MUEVEN CON REMOS, Y ALGUNOS (MUY POCOS) SE MUEVEN CON UN MOTOR.
¿Qué le ocurriría a tu negocio si dejaras de trabajar durante un mes?
¿Bajarían las ventas?
¿Dejaría de funcionar?
¿Tendrías que cerrar por culpa de las deudas y las sanguijuelas de Hacienda?
¿Ni siquiera te lo planteas porque tus hijos dejarían de comer o no podrías pagar tu casa?
Si te sucedería todo esto, lo más seguro es que tu barca se mueva con remos.
Básicamente, que si dejas de remar cada día en tu negocio, te quedarías parado.
Pero…
Tengo una pregunta.
Bueno, varias.
¿Qué ocurriría en tu barca si mañana te rompes un brazo y no puedes remar?
¿Y si se rompieran los remos de tanto usarlos?
¿Tienes remos de repuesto?
¿Alguien va contigo en tu barca para remar ese día?
No, no tienes un plan B, y lo sabes.
Ni siquiera tienes un salvavidas en tu barca.
No tienes ni unos tristes manguitos.
Porque tu negocio funciona con remos y no con un motor…
¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE UN NEGOCIO QUE FUNCIONA CON REMOS Y OTRO QUE FUNCIONA CON MOTOR?
Déjame ser un poco macabro.
Si mañana te secuestran unos terroristas y te retienen en un zulo durante 30 días.
¿Te encontrarías un verdadero problema al volver a casa con tu negocio?
Si tu negocio seguiría generando dinero más que suficiente y no bajarían demasiado las ventas, tu negocio va con motor.
Si tu negocio se resentiría gravemente, tu negocio funciona con remos.
La diferencia es simple.
Pero darte cuenta de que tu negocio está tan desprotegido si te ocurre algo y no puedes remar, no tanto…
La principal diferencia está en tener algo preparado para funcionar sin que tu hagas nada.
En este caso, secuencias de emails que se envían automáticamente a todo aquel que entra en tu negocio.
Secuencias de emails que vendan sin que tu muevas un solo dedo.
HE OIDO QUE VENDES MOTORES...
En la película »El Irlandés» hay una frase que me gusta mucho.
»He oído que pintas casas».
La frase es en clave, obviamente.
Pintar casas quiere decir matar a quien yo te pida a cambio de dinero.
Y en este caso si, yo vendo motores.
Motores para tu negocio.
Los vendo.
Enseño a hacerlos.
Y los hago a medida para mis mejores clientes.
VAMOS A DEJARNOS DE HISTORIAS...
Mira, yo me dedico a diseñar secuencias de emails para negocios de todo tipo.
Eso es lo que hago.
Sin pijotadas de barcos, remos o motores.
¿Tienes un negocio funcionando pero depende de que trabajes como un loco para que funcione?
Ahí entro yo para solucionarte la papeleta.
¿Cómo te la soluciono? ¿Escribiéndote los correos?
No solo eso.
No te vendo simplemente secuencias de emails.
Te estoy vendiendo tiempo.
Tiempo que no inviertes en escribir tu mismo ese correo a las tantas de la noche.
Tiempo que te ahorras en planear una estrategia de venta para tus emails.
Tiempo que no dedicas a quebrarte los sesos poniendo precios o pensando como generar urgencia en la gente que te puede comprar.
Tiempo que no inviertes en aprender por tu cuenta a escribir de forma más persuasiva.
Tiempo para acabar de vez en cuando unas horas antes.
Tiempo para estar con tu familia o amigos.
Tiempo para irte a hacer lo que quieras de vez en cuando.
Tiempo para descansar la cabeza y decir »Vale, esta parte de mi negocio está solucionada».
¿SOLO VENDES SECUENCIAS?
Te voy a contar un secreto que los copywriters malos no conocen.
Mi trabajo, el de un copywriter, es un eslabón en una cadena.
¿Qué quiere decir esto?
Pues que mi trabajo solo es una parte de todo el camino que recorre que una persona por tu negocio hasta convertirse en un cliente.
Dependo de lo que se ha hecho antes y lo que se hará después de mi trabajo para que consigas los mejores resultados.
Por eso, en ocasiones, tengo que hacer yo los eslabones que hay alrededor de las secuencias de emails o el email diario de una newsletter.
A ver.
Yo hago secuencias de emails.
Pero esos emails se envían a la gente que se suscribe.
¿Se suscriben desde una página de captación? Pues entonces puedo hacer esa página.
¿Se suscriben desde la Home de tu web? Entonces puedo hacer la Home de tu web.
¿Esos emails envían a la gente a una página de ventas? Entonces puedo hacer esa página de ventas.
Hay muchas cosas que puedo hacer a parte de diseñar secuencias o hacer email diario en tu lista de correos.
La cuestión es si las necesitas o no.
Y eso, los copywriters malos, no lo tienen en cuenta.
Nunca.
Y ENCIMA HARÁS PASTA.
No sé qué sabes sobre las secuencias de email, el copywriting y demás…
Pero se puede hacer mucho dinero con ello.
Tanto tú, como yo, podemos hacer mucho dinero juntos.
Las secuencias que diseñé el año pasado hicieron que mis clientes facturaran más de 1.000.000€.
Un millón.
Y no lo digo en plan exagerado, no lo digo para impresionarte, ni lo digo para dármelas de listo.
Esto es algo normal que ocurra si eres un buen copywriter.
¿Y cómo puedes saber tú si soy o no un buen copywriter?
Por una sencilla razón.
No tengo necesidad ninguna de trabajar contigo.
Por eso exijo varias condiciones antes de que se me pueda contratar.
1. Estar suscrito a mi newsletter.
Esto no es porque me salga a mi del alma, no quiero rapiñar suscriptores, ni obligarte a probar una muestra de mi trabajo.
Es sentido común.
¿Cómo puedes dejar tu negocio en manos de alguien que no sabes ni cómo escribe?
¿Estás loco o qué?
2. No podemos reunirnos a no ser que rellenes un cuestionario.
Esto no es nada raro.
Valoro mi tiempo y tengo la educación de valorar también el tuyo.
¿Para qué vamos a tener una reunión de 45 minutos si no puedo ayudarte?
A la hora de reservar reunión conmigo tendrás que responder unas preguntas que nos permitirán saber esto.
No es un cuestionario de 1 hora, son preguntas bastante simples.
3. No negocio mis precios y cobro el 100% por adelantado.
Aquí no hay mucho que explicar.
Si te digo que un servicio cuesta 6.000€ + IVA, es que vale 6.000€ + IVA.
¿Quieres gastar menos? Ok, negociemos para llegar a un acuerdo.
Pero jamás un servicio que requiere que yo haga 10 emails por 1.000€ acabará en que yo siga haciendo 10 emails y tu pagues menos de 1.000€.
Y el 100% por adelantado es por una sencilla razón.
Mi trabajo es escribir, no perseguir a la gente para que paguen lo que falta de una factura.
Creo que es comprensible.